La marea alta es ideal para caminar en medio de la naturaleza, donde abunda la iraca, palma que sirve para tejer sombreros; el borojó, un fruto afrodisíaco con el que se preparan bebidas; los labios de negra, una flor que parece una boca roja, y rarezas que configuran la vegetación selvática que se aprecia aun mejor desde el dosel.
La noche es el momento ideal para admirar el tortugario artificial, donde se protege esta especie marina para liberarla en la temporada de postura, que va desde septiembre hasta diciembre.
Entre agosto y octubre se hacen paseos en lancha para ver las ballenas yubartas, los tiburones y los delfines que en grupos van en busca del norte.
A media hora en lancha de Bahía Solano, o dos horas a pie por playas y valles aluviales, se llega a Punta Huina, paradisíaca playa rojiza bañada por el mar cristalino, ideal para la pesca y la práctica del snorkeling.
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